Cuando hablamos de la espiritualidad de las Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana, es decir, de nuestro modo de relacionarnos con Dios y de nuestra forma de vida religiosa, se suele hacer referencia a los cinco elementos constitutivos que compartimos con la Orden de Predicadores: la oración y la liturgia, la vida comunitaria, consejos evangélicos, el estudio y la predicación. Todos estos elementos “sólidamente trabados entre sí, armónicamente equilibrados y fecundándose unos a otros, constituyen, en su síntesis, la vida propia de la Congregación” y muestran cómo seguimos a Jesucristo, según el estilo que nació con M. Leonor Baqueriza, O.P. y se ha ido desarrollando al paso de los años, en cada una de las hermanas.